Asume tu error
Te has equivocado. Sí. No has resuelto bien lo que tenías entre manos y te has metido en un lío. Vale. Y ahora ¿qué? ¿Tienes que torturarte? No. Simplemente acéptalo, pide disculpas e intenta enmendarlo. Aprenderás más de tus errores que de tus aciertos. Y, “como seres humanos –afirmaba Gandhi- nuestra grandeza radica no tanto en nuestra capacidad para rehacer el mundo sino para rehacernos a nosotros mismos”.
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